martes, 28 de julio de 2009

El cine a veces abusa

El primer abuso de poder en el cine viene de la mano del terror. Dejamos de ser espectadores para ser víctimas de un universo al que creemos pertencer, en ocasiones, más allá de la duración de la película en cuestión.
"Hay una auténtica fijación psicológica de los viejos instintos en nuestro tejido nervioso, de forma que porían ponerse oscuramente en funcionamiento, aun cuando la mente consciente se queda purgada de toda fuente de asombro". En palabras de H.P.Lovecraft.
Recuerdo la primera, y única vez por el momento, que vi "El resplandor", Kubrick quería hacer terror y yo diría que hizo horror, llenó una película de vacío total en un entorno manejado a la perfección por la revolucionaria, entonces, steadycam.
Jack Torrance tenía un poder, el que Nicholson quiso conferirle. Desde los ojos hasta cada uno de sus pasos estaban llenos de fuerza. Manejó a su antojo cada uno de mis sentidos durante sus 120 minutos.
De esta manera, gracias a Kubrick mis reflexiones sobre el abuso de poder parecen haberse reorientado hacia cine, terreno donde la ficción alivia una realidad parasitada. Hipnotizada por las influencias del mago que tenía una naranja mecánica, he vuelto a ver "La Caza" del maestro Carlos Saura, pues he descubierto que Kubrick es un confeso enamorado del cine del realizador español. Así, perdiéndome por los laberintos de Overlook me he topado sin darme cuenta con el poder humano es una evolución más deteriorada. El instinto animal reflejado en la película de Saura aplasta con su contundencia y asfixia con su solemnidad, tal como la vida misma.

miércoles, 8 de julio de 2009

En marcha

Comienzo una Aventura, pero espero no caer en la incomunicación que perseguía Antonioni. Escribiré sobre el mundo que yo veo, que es distinto del que vieron otros y también del que ahora muchos observan a través de sus telescopios envenenados. No me encuentro en Sicilia, como Claudia y Sandro, ni ha desaparecido una Anna en la historia de este blog. El espacio que pinto aquí es oscuro, pero es sólo un decorado, que roza a los textos, que los mima, una arquitectura moderna como el cine del maestro italiano.


Permaneceré atenta a las señales del paisaje, naturaleza y cemento, y no podré contenerme ante la pasividad del que parece vivir ajeno al mundo. Cuidado con esconderse detrás de la cámara, siempre te acabas asomando.


Los inicios siempre pecan de breves.