sábado, 3 de abril de 2010

Vacía- Vacío

Nunca pensé identificarme con Rick, yo siempre fui Ilsa.
Pero es que a veces huimos de los personajes por miedo a parecernos a ellos. Lo que hace la entropía, hoy soy más Bogart que nunca y me falta un Café pero me sobra historia.

Seguimos sin brújula el rumbo de nuestros pasos, inquietos e ilusionados. No negué el riesgo, ni lo niego ahora, cuando ya no hace falta llamarnos "valientes". No hay retórica, ya no... porque abandonamos a su suerte en un puerto a las palabras, y ahora se las han llevado las olas para guardarlas siempre.

También rechazo el rencor, porque me siguen faltando instantes para abrazarte. Empaparme de ti en esa eternidad paralela que es más real que la propia realidad. Tú hablabas de "pureza" ayer, me sellé a tu boca porque no puedo estar más de acuerdo.

Cuestión de balanzas, de correlación de fuerzas: de necesidad, estructura, funcionalidad, capacidad, inseguridad, miedo, estabilidad, cariño, culpa, respeto, admiración, responsabilidad... y un largo ejército de tanques que se dirigieron firmes contra un cuerpo desnudo, no por fragilidad sino por transparencia. Creo que no hace falta narrar el final del cuento.

Hay tres cosas en las que creo: la lucha social, el cine y el amor. En la primera creo con convicción, en la segunda creo con obsesión y en la tercera CREO... más que nunca. Porque he volado hasta desgastar mis alas.




Discúlpeme Casablanca por hablar hoy de mi, prometo dejar el egocentrismo a un lado cuando no me invada la tristeza.