viernes, 21 de agosto de 2009

Editándome

(Cuatro mil días después de aquel año obcecado, detecto que al fin te dignaste a cumplir con la cita inaudible. Y me alegro. Y me enfado a la vez)

Después de estudiar con cuidado este caso
ejerciendo a la vez de fiscal y abogado,
de juez imparcial,
sentencio lo nuestro
(...)

Mirarte de frente.
Admito en voz alta
que no pocas veces he sido tentado en coger mi esperanza y lanzarla sin más a la fosa común,
donde yacen los sueños
que nos diferencian.

Tal vez ¿has pensado en renunciar?
Yo aún no.

Hada helada en vuelo inerte,
tú nunca cambiarás,
hada helada en vuelo inerte,
tú nunca caerás.

Tal vez ¿has pensado en crecer más?
¡Más no!
Tal vez ¿te conseguiste equilibrar?
Yo aún no.
Vamos a correr el gran sprint final
y al cruzar la línea los dos ganarán.

Voy a romper las ventanas para que lluevan cristales, ven a romper las ventanas, ven a gritar como antes, ven a romper las ventanas y hacer del caos un arte, voy a romper tus ventanas y voy a entrar como el aire.

Me siento Juliette Binoche porque todo huele a "Bleu" todavía. Quiero que lluevan cristales de los que habla "Love of Lesbian", y no me importa quedarme con trozos en las manos si eso demuestra mi idea de que la fragilidad alcanza un punto máximo de hipnotismo. Que entre el aire.


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