viernes, 18 de diciembre de 2009
Infamias
A veces, no hay películas, porque todas están al mismo tiempo. A veces, no hay canciones, porque de todas se beben los recuerdos.
Se pidió un bourbon en la barra de aquel pub inglés, "¿me da un cigarrillo?, por favor" . Tumbado sobre un aguado chupito de Habana 7, él. Nunca han sido fáciles las conversaciones más allá de las tres de la mañana, se vuelven enrevesadas y torpemente sinceras. No había cigarros, "no fumo, lo siento. Pero puedo invitarte a esa copa".
En las noches de niebla, Marion añoraba su olvidado Londres , su luz opaca y sus imponentes sombras. En las noches sin luna, cuando no se sabía qué iluminaba los rostros.
Reinan los ausentes en el mundo de los resignados, son dueños de todo, capaces de controlar lo ajeno y lo abstracto. Ella no se resignó, se quedó en la puerta y espero a que se cerrara sola, por efecto del viento y su oportuna contracorriente.
sábado, 21 de noviembre de 2009
Introspectiva
La felicidad es más de lo que tengo y menos de lo que sueño, pero prefiero huir con Morfeo si es capaz de suministrarme morfina.

El juego era arriesgado, como el de Nola y Chris jugando al ping-pong en la pomposa mansión inglesa de Match Point. Y desconozco el final de esta partida, ni siquiera sé si permitiría que fuera infinita.
Esperar y desear, un binomio que controla mis ritmos e impone melodías que basculan entre lo complejo y lo simple a una velocidad apabullante.
Silencio.
"Déjame acariciarte lentamente,
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente..."
(Gerardo Diego)
sábado, 7 de noviembre de 2009
Batiéndose en duelo
No existe el miedo cuando alcanzas la última curva de la carretera, no existe porque ya no tiene sentido. Como no tenía sentido para Chow Mo Wan esperar al amor verdadero en su habitación 2046.
Hoy he vuelto a recordar porque me gusta tanto Wong Kar Wai. Volvía en un tren, venía de ninguna parte y me dirigía a ningún lugar. Pude cruzar la vista con muchos de mis acompañantes y note que se mantenían con los ojos abiertos gracias a la inercia absurda que nos disfraza con los atuendos de la vida; pero en realidad estaban muertos, incapaces de salir de su tonalidad de grises. Mi propio reflejo no se veía con claridad, culpa de mis lágrimas y la poca luz de los túneles. Creo que mi sensación en aquel vagón se asemejaba a los viajes de los amantes que huían a 2046, en busca de una realidad paralela donde cobijarse del paisaje helado de sus presentes.
Pasó una eternidad, y el final del viaje me devolvió a esa vida que había dejado aparcada durante mi viaje. Nada había cambiado, el duelo estaba a punto de celebrarse en algún rincón de mi mente. Espada en mano, la dama mira a los ojos al caballero, está lista para el desafío y no teme a la última curva de los cuentos de miedo.
domingo, 25 de octubre de 2009
trying to be sensible
Ella se alimentaba de miradas, de guiños y sonrisas. Ella devoraba segundos de felicidad, los engullía, fotograma a fotograma, como si fueran piezas de un puzzle que nunca logrará acabar porque se ha hecho adicta a los infinitos.
Ha dejado de llover, aunque hay nubes en el horizonte el cielo parece en calma, y ahora la chica con los ojos despejados, se balancea mostrando sus habilidades como equilibrista.

lunes, 19 de octubre de 2009
Túmbate a mi lado

Entre las sábanas de mi cama no hay fantasmas sólo hay pequeñas e infinitas evocaciones de Brigitte Bardot y Michel Piccoli. Personajes mitológicos que Godard muestra interpretando su propia tragedia.
El genio de la Nouvelle Vague ha querido dejar estos personajes en el buzón que tengo en la puerta trasera de mi cueva. Junto con la morbosa pareja figura una nota que dice: "te ayudarán con el desasosiego y la nostalgia, con la melancolía, el dolor y el desprecio".
martes, 6 de octubre de 2009
Cuestiones de idiotismo esponjiforme
Nunca he ido a una cena de idiotas, quizá alguna vez me he sentido completamente idiota en una cena pero eso es otro asunto. Hoy se me ha quedado cara de imbécil, así soy, incontrolablemente crítica con mis sensaciones. No he necesitado sentarme delante de Perre Brochant y sus amigos para descubrir que soy muy vulnerable a las reacciones inesperadas.
Abro la ventana y dejo de pestañear unos segundos, a vista de los espías es una eternidad, el viento es casi imperceptible pero está ahi para apartarme el pelo de la cara y obligarme a cerrar levemente los ojos. Temo que alguien me acerque un espejo, no quiero verme en ese instante.
François Pignon no era idiota, pero le tomaron como tal porque pasó demasiados segundos con los ojos como platos.
viernes, 2 de octubre de 2009
Perderse por los tejados
Botella de vino blanco, cielo azuloscurocasinegro, y una de esas conversaciones que no entienden de finales de vértigo. "La gata" comprendió que sus víctimas eran impredencibles y guardó sus uñas para no precipitarse.
Detrás del primer paso llega el segundo pero hay gente que vuela sin necesidad del primer impulso, volemos.
domingo, 27 de septiembre de 2009
Domingo, yogures y Micah P.Hinson
"Yo solo busco que me tiemblen las piernas...", grita y sonríe Amelie. Nunca he tenido razones para justificar mi indiferencia por París. Resulta que no tengo razones para explicar nada de lo que veo en el espejo, hoy me faltan "porqués" y me sobran "sin embargos".
A veces tengo momentos de lucidez pero sigo sintiéndome opaca a pesar de mi empeño por lograr ser transparente. Quiero ser agua y no logro quitarme esta capa aceitosa.
Desisto. El espejo no me dice nada y yo hace tiempo que perdí la paciencia. Pero al darme la vuelta la cámara no está, sigue haciendo frío y Amelie ha tapado su sonrisa con una bufanda roja
miércoles, 26 de agosto de 2009
Nihilismo
No me gusta que se nos niegue la posibilidad de "Ser" antes de que nos salgan los dientes. Que yo sepa la PlayStation aun no nos ha robado la personalidad, ni tiene pensado hacerlo. Tenemos inquietudes, soñamos, nos interesa la vida y somos valientes. La posmodernidad no es la explicación para todos los males, dejad de utilizarla como excusa para esconder posibles frustraciones.

domingo, 23 de agosto de 2009
Sin clasificar
En mi gama de azules hoy me recreo en el "casinegro" y brindo por un descubrimiento que hice hace tiempo cuando las distancias eran cortas y los pasadizos lentos. Hoy no hay precipicios pero la carretera huele a nuevo y el olor a gravilla me marea. (No son las curvas, nunca me marearon las curvas).

"¿Quieres saber qué me gusta de ti?: que me rechazaste, que eres delicado, que estás asustado, que eres guapo, que estás fuera, que me provocas ternura, que me excitas, que estás igual de atrapado que yo." (AzulOscuroCasiNegro 2006)
La segunda parte la descubrí bailando, dejándome llevar entre infinitos. Ahora no he olvidado los pasos, quizá se hayan modificado solos para adaptarse al viento. (No soplan huracanes por aquí)

Hay un millón de personas, un millón de vidas revoloteando en el caos, y dos miradas se cruzan, están ahí para quedarse, se decide en un instante. A partir de entonces se encontrarán infinitas veces y no harán falta palabras para sentirse por encima del mundo, del caos. Ahí, donde se juntan, todo es sencillo.
(Esto es lo que yo pienso)
viernes, 21 de agosto de 2009
Editándome
ejerciendo a la vez de fiscal y abogado,
de juez imparcial,
sentencio lo nuestro
(...)
Mirarte de frente.
Admito en voz alta
que no pocas veces he sido tentado en coger mi esperanza y lanzarla sin más a la fosa común,
donde yacen los sueños
que nos diferencian.
Yo aún no.
Hada helada en vuelo inerte,
tú nunca cambiarás,
hada helada en vuelo inerte,
tú nunca caerás.
Tal vez ¿has pensado en crecer más?
¡Más no!
Tal vez ¿te conseguiste equilibrar?
Yo aún no.
Vamos a correr el gran sprint final
y al cruzar la línea los dos ganarán.

miércoles, 19 de agosto de 2009
azulmente eterno
Tampoco tenía nombre. Era "La chica que baila" tras dejar la firma roja de sus labios, en el pañuelo blanco.

Siempre he pensado que Marlon Brando caminaba con la intención de detenerse en todo momento. Los tranvías no son tan románticos.
A pesar de todo, no se me cae el mito.
martes, 18 de agosto de 2009
No está en Paris, no vende periódicos
Aprendió a compensar los silencios, a descifrar las miradas y a capturar los instantes. Entendió que no todo requiere una búsqueda constante, a veces te encuentran. Los provocadores de "Cahiers du Cinema" creían en la improvisación y huyendo de formalismos se encontraron con un cine hecho por y para ellos.
El "New York Herald Tribune" de Patricia voló por otros mundos y no había cigarros suficientes para saciar las ansias de Michel.
(Sigo investigando sobre el equilibrio)
miércoles, 12 de agosto de 2009
Funambulismo en un tendido eléctrico

Hoy le tengo envidia por saber caminar en el aire, por volar de pie. Quizá lo que me pasa es que me sobra la inquietud pero me falta la poesía.
martes, 28 de julio de 2009
El cine a veces abusa
"Hay una auténtica fijación psicológica de los viejos instintos en nuestro tejido nervioso, de forma que porían ponerse oscuramente en funcionamiento, aun cuando la mente consciente se queda purgada de toda fuente de asombro". En palabras de H.P.Lovecraft.
Recuerdo la primera, y única vez por el momento, que vi "El resplandor", Kubrick quería hacer terror y yo diría que hizo horror, llenó una película de vacío total en un entorno manejado a la perfección por la revolucionaria, entonces, steadycam.
Jack Torrance tenía un poder, el que Nicholson quiso conferirle. Desde los ojos hasta cada uno de sus pasos estaban llenos de fuerza. Manejó a su antojo cada uno de mis sentidos durante sus 120 minutos.
De esta manera, gracias a Kubrick mis reflexiones sobre el abuso de poder parecen haberse reorientado hacia cine, terreno donde la ficción alivia una realidad parasitada. Hipnotizada por las influencias del mago que tenía una naranja mecánica, he vuelto a ver "La Caza" del maestro Carlos Saura, pues he descubierto que Kubrick es un confeso enamorado del cine del realizador español. Así, perdiéndome por los laberintos de Overlook me he topado sin darme cuenta con el poder humano es una evolución más deteriorada. El instinto animal reflejado en la película de Saura aplasta con su contundencia y asfixia con su solemnidad, tal como la vida misma.